El edificio inspirado en secaderos de tabaco
En un espacio de 1220 mt2 se erige el Centro Cultural La Gota en Navalmoral de la Mata, Cáceres, España
En un espacio de 1220 mt2 se erige el Centro Cultural La Gota en Navalmoral de la Mata, Cáceres, España. Su diseño, a cargo de los arquitectos Ramiro Losada y Alberto García, se basa en un entramado combinado con espacios para exposiciones que buscan generar un núcleo urbano que otorgue más originalidad e identidad a la zona de Navalmoral.
Los orígenes del nombre del Centro Cultural tienen que ver con el edificio que solía estar en el mismo lugar durante la década de los 30. La “Gota de Leche” era una sede que se destinaba a solucionar las dificultades que generaba la desnutrición infantil.
La construcción geométrica tiene una sala temporal, el Museo del Tabaco y una exposición de pintura de Sofía Feliu que es permanente. La simetría recuerda a la forma de las hojas del tabaco, que se rige en la igualdad y diversidad porque si bien las hojas se asemejan entre sí, son diferentes. Hay un fuste del que surgen plantas simétricas que tienen distintas alturas y disposiciones, pero que dan estructura a la edificación.
El interior del Centro Cultural fue diseñado con una atmósfera lumínica inspirada en un tejido cerámico que recuerda al secadero de tabaco tradicional. La luz logra filtrarse por los espacios que los ladrillos dejan disponibles en la fachada, de manera que genera formas geométricas de luz.
El diseño inteligente permite aprovechar y maximizar la resistencia del hormigón, incrementando la vida útil, reduciendo el peso de la construcción y haciendo un uso eficaz de los materiales. Hay menos fisuras y deformaciones, aparte de utilizar la luz natural de la mejor manera.
Cada uno de los cinco pisos que conforman al Centro Cultural La Gota tienen la forma de cajas desplazadas y apiladas. La imagen se percibe a través del escalonamiento en el que fueron forjados.
El frente está compuesto por una capa de vidrio y otra de tejido cerámico, con el objetivo de realizar un aislante térmico que comunica con el exterior a la vez que evita la acumulación de calor durante el verano. También permite crear el dibujo lumínico de los secaderos de tabaco. El tejido de acero en el que se ubican las piezas de cerámica le dan flexibilidad y mutabilidad a la fachada.