La espectacular iluminación de uno de los templos más importantes
El interior de la nueva basílica menor de la Sagrada Familia, que consagró en su momento al Papa Benedicto XVI, atrae por sus enormes dimensiones y, sobre todo, por su luminosidad.
Son unas 288 claraboyas hiperbólicas diseñadas por Antoni Gaudí que permiten captar el máximo de luz y difundirla al interior desde el amanecer hasta el ocaso. En el ábside, una gran claraboya hiperbólica realizada con bóveda catalana y vidrio veneciano, de colores dorados y azules, cubre el espacio central. La historia de la Sagrada Familia comenzó en 1866, cuando Josep María Bocabella decidió la construcción del templo. En 1882 se colocó la primera piedra y en 1883 se le dio la dirección a Gaudí.
La muerte del artista catalán, en 1926, sorprendió a las obras, que ya tenían un primer campanario finalizado.