¿Qué importancia tiene el flicker en iluminación?
El flicker, también conocido como parpadeo, es uno de los fenómenos cuya solución trae novedades en la tecnología LED.
El flicker, también conocido como parpadeo, es uno de los fenómenos cuya solución trae novedades en la tecnología LED.
Pero, ¿de qué se trata el flicker? Para poder responder esta pregunta es necesario distinguir la percepción de la sensación. La percepción implica una interpretación cerebral del estímulo sensorial, mientras que la sensación sólo es la recepción fisiológica de un estímulo externo que puede desencadenar o no un efecto en el sistema nervioso.
A partir de estas diferencias es que el flicker puede tener ciertos efectos en la salud de algunas personas que, si bien no son capaces de detectar conscientemente este fenómeno, pueden experimentar mareos y dolores de cabeza. Otras personas pueden percibir el parpadeo pero sin experimentar ninguna afección. Esto significa que no todas las personas reaccionan ni captan igual el flicker de la luz. Sin embargo, se estima que las personas más expuestas a ser afectadas por este factor son niños, personas con autismo y migrañosos.
La frecuencia de la luz se mide en Hercios (Hz), indicando la cantidad de ciclos que se producen por segundo. Según el número que alcance la frecuencia de la luz, hay efectos más graves a medida que desciende la frecuencia.
Una frecuencia por debajo de los 1/20Hz es beneficiosa para la concentración, mientras que por debajo de los 400Hz afectan negativamente el enfoque de los ojos y a la resolución, mientras que bajo los 600Hz afecta el juicio sobre la velocidad. Por lo tanto, según en qué contexto se utilice, el flicker puede ser más o menos grave, llegando a ser peligroso. Una mala percepción sobre la velocidad puede provocar un accidente si se percibe a un objeto como quieto si está en movimiento.
Con la tecnología disponible antiguamente no se podía medir el flicker, con lo cual se medía solamente la magnitud mediante la tensión. Sin embargo, no resultaba eficiente porque la frecuencia es el problema principal: la cantidad de ciclos que se cumplen por segundo, llegando a cero en cada ciclo.
El efecto del breve período sin energía eléctrica depende del dispositivo. En el caso de las lámparas incandescentes se produce el efecto de inercia térmica, que implica que cada vez que termina un ciclo, el filamento de la bombilla continúa emitiendo radiación incluso después que la energía deja de fluir y eso provoca una atenuación en la luz que se modifica con el tiempo. Los tubos fluorescentes se apagan totalmente 60 veces por segundo y producen un parpadeo elevado.
El LED, que se alimenta de corriente continua, también tienen parpadeo porque las fuentes DC siempre mantienen alguna desviación y no logran ser totalmente lineales. Pero si el diseño de la fuente lumínica de LED contempla el control de flicker a la salida de un driver, se logra una eficacia óptima en el iluminado.
Por esta razón, tener en cuenta el flicker de las lámparas de acuerdo al espacio donde vayan a ser instalados (biblioteca, colegio, sala de estudio) puede ser un factor fundamental al cuidar la salud y el bienestar